martes, 18 de mayo de 2010

Capítulo 1

¿Qué hace que un hombre quiera ver al mundo arder en sus manos? ¿cuál es el motivo que causa que el dolor ajeno sea tan placentero?
No soportó un momento más, tomó el revolver e hizo caso a ese sentimiento llamado humanidad... Pero ¿Por que haría caso a ese sentimiento? Si su sueño era convertirse en Dios, pero Dios también derrama sangre bajo sus pies y lo disfruta.

Así él también disfruta ver los ríos de sangr pasando entre sus dedos, disfruta ver a la gente rogar por sus vidas y goza mucho más quitándoselas.

¿Quién es éste personaje que se encuentra extasiado en un mar de sangre? Es un hombre que se dió cuenta de lo unánime "Estamos solos", fue cuando decidió liberar al mundo de su sufrimiento y hacerlo renacer de sus propias cenizas, tal como aquella ave que era eterna.

Una mañana despertó, con ojos adormilados y un gesto de disgusto, sin motivo alguno para vivir, sólo, triste, en simples términos "muerto en vida". Tomó su taza de café como era su rutina viendo la miseria del mundo detras del monitor, pensando: "este mundo se pudre"; sin embargo incompetente a tal comentario.

Toma una ducha, se viste, mira con detenimiento su hogar, un departamento pequeño desordenado, lleno de insectos y sin ningún retrato de sus familiares, se sienta en el sofá y ve hacia la ventana, observa al mundo andar y le produce repulsión. Sale de su humilde morada para ganarse el pan de cada día, en una empresa de un extranjero que supo aprovechar lo que los demás no pudieron, camina hacia donde estan las herramientas que necesita para su trabajo toma los utencilios y comienza su jornada, a la hora de su descanzo decide salir a comer, entra a un restaurante nada lujoso y ordena comida rápida, tiene un sensación extraña, voltea hacia su derecha y puede notar que un hombre lo observa con detenimiento, se inquieta y voltea para no verlo, pero no puede evitar voltear a ver a aquel hombre a aquel hombre moreno de una complexión atlética de 1.80 m, ojos penetrantes y cabello negro.

El acosador se acerca a aquel hombre y con voz grave le dice : - Tú y yo somos muy similares. Lo sé por la expresión de tus ojos.
El hombre se queda perplejo ante dicha declaración y contesta: - Y... Precisamente ¿que tienen mis ojos?
-Sed, de ver el mundo arder- contesta aquel hombre -Sí, tengo sed, sed de un mundo lleno de paz, lleno de la armonía que nosotros los hombres destruimos, sediento de ver al mal caer a mis pies.

El hombre que lo acosaba al escuchar dichas palabras soltó a reír y se fue alejando. Al salir de aquel local, el mismo hombre se le acerca de nuevo preguntando :
-¿De verdad crees que en un mundo en paz?
-Por supuesto, y eso se logrará solo si estamos decididos a hacerlo- contesta.
-Entonces pienso que tu sueño es absurdo, que tus ilusiones son románticas y que no son viables a la realidad. Yo no quiero paz, yo quiero "poder" y nada más- dijo aquel hombre hombre alejandose lentamente y riéndose como un psicópata.

2 comentarios:

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  2. Es interesante, mucho...

    Pertenesco a ese grupo de gente que cree que el mejor bien que se le puede hacer al mundo es aniquilar a la raza Humana...ja...

    Disfruto de la belleza del mundo, es verdad...

    Pero... ¿no somos acaso nosotros aquello que le arrebata todo a la vida, sin dar nada bueno a cambio?...

    ¿Acaso no somos nosotros quienes matamos a seres debiles por placer?...

    Dicen que el fin justifica los medios...

    Yo creo firmemente en eso...

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